OPINIÓN / Día del Agente de Viajes
Hoy más que nunca, en un tiempo como el actual, es necesario reivindicar la figura del profesional de las agencias y ensalzar el papel que cumple en la intermediación de los viajes
El 27 de abril se celebró el Día del Agente de Viajes, una conmemoración que reconoce el trabajo que llevan a cabo estos profesionales de la industria del turismo y los viajes.
Aunque la implantación de esta fecha no es uniforme (en el contexto latino tiene una mayor ascendencia), se trata de una efeméride que cuenta con el apoyo y la simpatía de la UNAV, que es la asociación decana de las agencias en nuestro país.
Máxime en un tiempo como el actual, en el que los agentes tienen la intrincada misión de ¿trabajar? en un contexto de pandemia que no permite hacerlo con normalidad.
Esto es, con múltiples condicionantes a la hora de viajar (rebrotes, test, cuarentenas, confinamientos perimetrales...) y con un maremágnum de recomendaciones que un día cambian y el otro también. Ah, y con uno de cada tres destinos internacionales cerrados a cal y canto.
Por ello hoy más que nunca es necesario reivindicar su figura y ensalzar el papel que cumple en la intermediación de los viajes.
Un rol que no solo consiste en buscar la mejor tarifa, el transporte más idóneo o el alojamiento más confortable. No, no es únicamente eso. Los profesionales de las agencias tienen la difícil encomienda de dar forma a los sueños de los viajeros.
Y han de hacerlo, además, procurando las máximas garantías y tratando de asegurar la excelencia en el servicio. Desde que el cliente sale de su casa hasta que regresa. 24/7 durante todos los días del año.
Diseñando viajes a la medida. Personalizando los detalles. Solventado cuitas de última hora. Replanteando itinerarios y planes. Proponiendo experiencias únicas. Cuidando, en fin, de que cada viaje sea único. Como lo es este trabajo. Ese que seguimos echando en falta.